Los forjados de chapa colaborante soportan tanto cargas estáticas como móviles, repetitivas como aplicadas bruscamente, siempre que no excedan de las indicadas en la normativa vigente sobre acciones en la edificación. Los paquetes de chapa deberán colocarse sobre las vigas principales de la estructura, una vez alli, se dispondrá cada chapa teniendo en cuenta el plano de replanteo y garantizando solapes, alineación, huecos, etc. La opción más común de disponer el perfil INCO 70. Se define como forjado colaborante uni direccional, ya que los nervios formados por la chapa trapezoidal trabajan en una sola dirección a flexión.
Al conectar el forjado mixto de chapa colaborante con las vigas mediante conectadores, el conjunto resultante constituye un forjado mixto de chapa colaborante con vigas mixtas acero–hormigón (Figura 1). El elemento fundamental lo constituye una chapa grecada de acero galvanizado que forma unos nervios que, más tarde, serán la principal parte resistente del forjado. Las mejoras en el diseño de la chapa colaborante hacen de este forjado uno de los más resistentes del mercado.
Mediante esta solución el hormigón trabaja conjuntamente con el acero aprovechando las ventajas de ambos materiales. En los forjados colaborantes el hormigón está dispuesto sobre los perfiles GM-y GM-comportándose como un forjado unidireccional en donde la armadura necesaria que trabaja a tracción para soportar los momentos positivos son los propios perfiles GM-y GM-7 colaborando con el hormigón como bloque comprimido en esas secciones.